Ética aplicada

Ética aplicada

¿Qué es la ética aplicada?

La ética aplicada, también conocida como ética práctica, es el empleo de la ética a problemas del mundo real. Apunta a responder la pregunta ¿Cómo debe actuar una persona ante una situación o dilema específico? Cuando reflexionamos sobre si una acción dada es correcta o incorrecta, estamos haciendo ética aplicada.

Ética médica, empresarial, ambiental y de la tecnología son todas ramificaciones de áreas especializadas, que abordan dilemas éticos específicos. Cada una de estas ramas, a su vez, se nutre de diversas perspectivas y metodologías para analizar y proponer soluciones a los desafíos éticos, que surgen en el ámbito de su competencia.

En un mundo en constante transformación, donde la tecnología avanza a pasos agigantados y las relaciones sociales se reconfiguran en el entorno digital, la ética aplicada aparece como una brújula indispensable para guiar nuestras acciones y decisiones.

Esta disciplina, se sostiene de diversas áreas del conocimiento como la filosofía, el derecho y la tecnología, y nos brinda herramientas para analizar dilemas éticos complejos y proponer soluciones basadas en valores fundamentales.

Ética aplicada en la era digital

Los desarrollos y avances en áreas como la tecnología o la medicina pueden crear potencialmente dilemas éticos imprevistos o inesperados. Muchas veces es muy difícil adelantarse a problemas éticos relacionados con el avance de la tecnología, por lo que deben aplicarse criterios moderados y marcos controlados de prueba.

También puede ocurrir que los dilemas éticos creados a partir de la innovación aparecen en el camino, y a menudo son confrontados y debatidos solo después de que se hacen evidentes. Pareciera que tanto la ética, como el derecho, se presentan para dar respuesta a una realidad consumada.

Por lo tanto, partir de una ética generalista puede resultar una muy buena medida para hacer frente a situaciones que se plantean en la cotidianeidad del desarrollo laboral, pero;

  • ¿Qué pasa en los casos concretos, dónde se necesita una visión precisa sobre el problema específico?
  • ¿Cómo aplicar la ética en cada caso en particular?

Una buena manera de equilibrar conflictos éticos en la práctica puede partir de una aplicación analógica de lo que Adela Cortina[1] llama la ética de mínimos.

Podemos entender a la ética como una guía de convivencia, un tratado de buenas prácticas o un conjunto de valores fundamentales que deben ser respetados. Pero la aplicación práctica de principios éticos en casos puntuales resulta difícil. Por eso, si promovemos el servicio de una ética mínima aplicada a desarrollos prácticos, nos aseguramos de cubrir las bases deontológicas en nuestra actividad profesional.

La ética de mínimos y máximos

Podríamos resumir los principios éticos con la conocida frase: “No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti”. Esta máxima excede los límites religiosos y se presenta como una norma de convivencia.

La ética de mínimos, tal como lo señala Cortina, se centra en establecer un piso común de valores y normas, que permitan la coexistencia pacífica en una sociedad plural. Estos principios básicos, compartidos por todos, buscan garantizar el respeto a los derechos humanos fundamentales y la dignidad de la persona, independientemente de sus creencias o ideologías.

En este contexto, la ética de mínimos trata de establecer un conjunto de reglas básicas, que permitan que individuos con diferentes visiones del mundo puedan coexistir en armonía.

Por otro lado, la ética de máximos se adentra en el ámbito de las aspiraciones, invitándonos a reflexionar sobre cómo podemos perfeccionar nuestra conducta y alcanzar una vida plena. Esta dimensión nos impulsa a buscar el bien en todas sus formas, desde la felicidad individual hasta la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

Cortina advierte que la ética de máximos se trata de un proceso continuo de búsqueda y diálogo, donde las diferentes perspectivas éticas se enriquecen mutuamente.

La aplicación de la ética de mínimos y máximos son conceptos que se complementan y resultan fundamentales para afrontar los desafíos del mundo actual. En el campo de la salud, por ejemplo, estos principios nos guían en la toma de decisiones sobre la asignación de recursos, la investigación médica y la atención a pacientes. En el ámbito empresarial, a su vez, nos ayudan a establecer prácticas justas y responsables.

En definitiva, la propuesta de Adela Cortina nos ofrece una herramienta invaluable para navegar en la complejidad de la vida cotidiana, tomando decisiones éticas responsables.

La ética aplicada a los asistentes digitales

La irrupción de los asistentes digitales plantea un sinfín de cuestiones éticas, que exigen un análisis profundo y una respuesta urgente. La ética aplicada se convierte en una herramienta indispensable para abordar estos desafíos, guiando el desarrollo y la utilización responsable de estas tecnologías en favor del bienestar humano.

Los asistentes digitales entendidos como soluciones versátiles y dinámicas deben adaptarse fácilmente a cada contexto para el cual son entrenados. En ese orden de cosas, podríamos decir que tienen que poder aplicar la ética en cada situación en la que se desempeñen.

En BeHumans trabajamos con Preceptos para los asistentes digitales, que son una serie de principios que garantizan un actuar ético y respetuoso a nuestros clientes y usuarios. Podríamos decir que receptan las bases de la ética de mínimos aplicada a cada caso de uso.

Ya sea que un asistente digital sea entrenado para desempeñarse como asesor comercial, como colaborador en el ámbito de salud o como facilitador educacional, lleva consigo directrices éticas definidas para cada caso de uso.

Conclusión

La ética aplicada se presenta como guía para abordar estos desafíos de manera proactiva y responsable, para garantizar que estas tecnologías sirvan como herramientas, para el mejoramiento de la sociedad y el bienestar humano.

Es importante recordar que la ética es un proceso continuo de reflexión y diálogo, por lo que debemos mantener un debate abierto y participativo sobre los desafíos éticos, que plantean los asistentes digitales, solo así podemos garantizar un trabajo que evoluciona y respeta los valores de las personas.



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[1] Adela Cortina Orts es una filósofa española nacida en Valencia el 13 de julio de 1947. Es Catedrática Emérita de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia. Su teoría ética de mínimos y máximos permite una aplicación concreta de conceptos abstractos, partiendo de la premisa de que el ser humano es un ser social y que por ello está destinado a vivir en sociedad.

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