Introducir la IA en los trabajos está a la orden del día, de hecho ya más de la mitad de las empresas lo utilizan para desarrollar mínimo alguna tarea o automatización dentro de su organización. Siendo más exactos, según McKinsey , un tercio de los encuestados (trabajadores) afirman que sus organizaciones están usando la IAG con regularidad en al menos una función empresarial. Es más, el 40% de los encuestados dice que sus organizaciones aumentarán su inversión en IA en general, debido a sus avances.
En el otro lado, aquellas organizaciones que aún no han incorporado esta tecnología, afirman que es por miedos o desconocimientos que tienen frente a la tecnología, cómo la imprecisión o privacidad. La introducción de este tipo de herramientas para nuestro día a día se debe reconocer como lo que es, una ayuda, y no como una amenaza.
Para intentar que no veamos la introducción de estas tecnologías como esto último, una amenaza, queremos exponer algunos de los miedos y ventajas que acarrean la introducción de inteligencia artificial en las empresas.
Con el recorrido de una larga escucha de nuestros clientes y del mercado, los miedos más comunes que hemos escuchado son:
Uno de los grandes problemas con los que se enfrentan las personas en su cotidianidad laboral, es el temor de ser reemplazados en sus funciones por la IA.
La población está aterrorizada con esto, ya que piensan que lo que llevan realizando durante muchos años va a cambiar y pueden ser sustituidos por máquinas debido al trabajo que realizan. Claramente esa es la opinión de ciertas personas, pero también hay otra opinión positiva e inversa sobre que la IA tiene el potencial de liberar a nuestros empleados de tareas tediosas y repetitivas, permitiéndoles centrarse en actividades que requieren creatividad, intuición y toma de decisiones estratégicas. Al empoderar a nuestro talento humano de esta manera, no solo se mejora la eficiencia, sino que también fomentamos un entorno laboral más gratificante y enriquecedor.
Con la llegada de los deepfakes, muchas personas han sido estafadas con más facilidad. Los datos son algo muy valioso actualmente y no pueden circular «a la intemperie», ni pueden ser controlados por una inteligencia que no sea éticamente responsable. De hecho, se están tomando medidas actualmente (Ley de IA de la UE) para regular todos estos procedimientos, además de las ya existentes (RGPD 679/2016). Las empresas adquieren responsabilidad por el tratamiento de datos personales y deben actuar cautelosamente para no vulnerar los derechos fundamentales de las personas.
Sin embargo, al implementar esta nueva tecnología de manera responsable, podemos fortalecer la ciberseguridad y proteger la información confidencial de nuestra empresa. La IA puede identificar y prevenir amenazas cibernéticas de manera proactiva, lo que nos puede otorgar una ventaja significativa en la protección de nuestros activos más valiosos.
En conclusión, con la ayuda de una IA éticamente responsable no se tendría porque vivir este problema.
Estamos convencidos de que se puede llegar a una simbiosis entre las personas y las máquinas. No puede negarse que la embestida de la inteligencia artificial ha resultado positiva para el ser humano. Retomando nuestro ejemplo en el área de sanidad, por qué no podemos repensar el trabajo como una cooperación entre médicos y máquinas. La habilidad humana de ponerse en el lugar del otro, de manejar emociones o disponer de un pensamiento crítico no será arrebatada de las personas. El paciente necesita precisión y solvencia en sus diagnósticos pero también empatía y calidez.
¿Por qué no dejarse asistir?, ¿Por qué no pensar en el paciente?
Sin embargo, al considerar las ventajas, es evidente que la inversión en IA puede conducir a una mayor eficiencia operativa, ahorro de costos a largo plazo y una ventaja competitiva significativa en el mercado.
- Tomarlo como una inversión; dedicar tiempo y dinero para que en un futuro vaya todo mejor.
Al abordar los aspectos propuestos con una mentalidad proactiva, podemos convertir esos miedos en oportunidades para el crecimiento y la innovación. Además, podemos comprender mejor los desafíos potenciales y convertirlos en oportunidades para el crecimiento y la innovación.
Cuando nos acostumbramos a las ventajas de los avances pareciera que ya no podemos existir sin ellos. Cuántos de nosotros podríamos vivir sin electricidad, nuestros teléfonos son de todo antes que aparatos para llamar a otras personas, tenemos computadoras en los bolsillos.
Entonces, la pregunta no es si van a existir nuevos trabajos, la pregunta es si vamos a estar preparados para desempeñarlos.
El impacto que generará la inteligencia artificial en el empleo es la punta del iceberg; el problema que subyace radica en el cambio de paradigma que reclaman varias industrias. Es tal vez más simple instaurar la idea negativa de perder un trabajo antes que romper con tradiciones centenarias. Por resumir:
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